domingo, 3 de abril de 2011

Mayo de cualquier época

Hace mas de 10 años que llevo orinando 
en este viejo y descolorido baño. 
No huele demasiado desagradable, 
huele mas bien a años perdidos y 
a tímidas penas ausentes. 
Nunca comprendí el brillo del sol mientras 
dormía estrellas en mis amarillas manos 
de cigarros. 
Ciertas veces la estructura incluso de la miseria 
pierde su razón de ser al engranarse 
en los abismos del corazón. 
He asistido a funerales de personas 
que no conocí, como así también 
he robado de las iglesias flores para regalar 
a mariposas angustiadas, 
que afligidas recurrían a mis ojos 
porque el rojo ya no era Muerte. 
Demasiado tiempo anestesie mi declinante 
sombra a morales ejercicios diarios de vida. 
La comunión siempre la encontré 
en la mugre, 
en los malos olores,
en la quieta locura de saber 
que no tengo nada. 
La paz mas cercana siempre provino 
de mi alma incrédula, 
diurna, 
caminante, 
apagada. 
En este circulo dejo de lado mi enajenación 
por un empleo tan absurdo como los lamentos 
de la destrucción o los ecosistemas de un Dios 
aburrido que no sabe cuanto es 1 + 1. 
La introducción a la soledad no es solo 
el comienzo dicho, sino el fin establecido 
en las manos de piedra que flotan en el mar 
de las lagrimas, 
dejando regalos 
a los peces de piernas arrugadas. 
No es demasiado tarde para todos,
es demasiado temprano para mi. 
Veo que el taxímetro marca 10 pesos 
y el bar esta abierto. 
Mañana seré la respuesta de una grieta 
del tiempo. 
Paralelismo de la Muerte aquí te espero, 
finalmente te he encontrado.

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