domingo, 3 de abril de 2011

Esperando perderlo todo

Estaba sentado esperando a 
que el tiempo pase, 
que las nubes desciendan y 
que el calor deje de agobiarme. 
Pero perdí mis ojos y mis sueños 
al dormirme. 
Horas más tarde arroje caladas 
de humo mientras encendía 
la radio. 
No escuche muchas cosas 
interesantes, salvo una obertura 
de Beethoven 
y deseos de Felicidad por doquier, 
como los papelitos que lanzan 
a las canchas de futbol, 
millones e innecesarios. 
Ojala nos dijeran cuando nos vamos 
a morir o quienes nos van a dañar. 
Pero en un mundo perfecto 
esas cosas serian tan aburridas 
que la noción de perderme 
en el alcohol no existiría. 
Aun así ciertas cosas aceptaría. 
La noche nunca cae, 
se eleva por los planos de una 
ciudad inmunda y 
las cerezas se siguen vendiendo 
a 15 pesos los 2 kilos, 
los niños siguen viendo magia 
en sus ojos mientras algo queman y 
los adultos siguen conversando 
con la Muerte, 
mientras los menos atentos 
se pierden en una página 
sin vicios reales. 
Un perfecto montaje donde los pisoteados 
decidimos soplar hormigas mientras 
esperamos caer las lágrimas del cielo 
una vez más.

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