Lo mejor de las esquinas es que no
tienen memoria, no dicen te amo
o te quiero, tampoco te discuten
si tienes o no dinero para la renta.
No se molestan si llegas tarde
a tu empleo y si por azar
ganas un billete de lotería.
Jamas piden una porción de la guillotina
que significa la suerte.
Puedes pasar un millón de veces
por las mismas esquinas
y jamas recordaras lo que pensabas
el día anterior o
si tenias ropa de invierno puesta
en un día de verano.
Un encuentro casual con el amor
o sensaciones aumentadas
como una riña callejera,
como así también el afiche de un político cerca
pueden estamparse ahí y aun así
no los experimentas (recuerdas)
Quizás por eso tienen cierta magia
para mi las calles y sus esquinas.
No espero demasiado de ellas
como ellas no esperan demasiado
de mi.
En todo caso el único resabio de memoria
que poseo
es el olor a esperanza que dejo
cuando las atravieso con el sudor
de mis pestañas.
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