domingo, 3 de abril de 2011

Donde nunca hay un recuerdo

Lo mejor de las esquinas es que no 
tienen memoria, no dicen te amo 
o te quiero, tampoco te discuten 
si tienes o no dinero para la renta.
No se molestan si llegas tarde 
a tu empleo y si por azar
ganas un billete de lotería.
Jamas piden una porción de la guillotina
que significa la suerte.
Puedes pasar un millón de veces 
por las mismas esquinas 
y jamas recordaras lo que pensabas 
el día anterior o 
si tenias ropa de invierno puesta 
en un día de verano. 
Un encuentro casual con el amor 
o sensaciones aumentadas 
como una riña callejera, 
como así también el afiche de un político cerca 
pueden estamparse ahí y aun así 
no los experimentas (recuerdas) 
Quizás por eso tienen cierta magia 
para mi las calles y sus esquinas. 
No espero demasiado de ellas 
como ellas no esperan demasiado 
de mi.
En todo caso el único resabio de memoria 
que poseo 
es el olor a esperanza que dejo 
cuando las atravieso con el sudor 
de mis pestañas.

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