domingo, 3 de abril de 2011

Cuernos negros

Las iglesias enseñan como enfrentar 
ciertas cosas sin sentido 
como son la música Heavy Metal 
o los cortes de pelo, 
como así también los lápiz labiales y 
los aros. 
¿Pero alguna puede inculcar el respeto y 
el aprecio por las cosas que son 
emocionalmente diferentes? 
Creo que no.
Recuerdo que cuando era un mosquito 
sin vida y sin alas 
me llamaban mas la atención 
los bares que las iglesias. 
Sentía que el olor a muerte suspendida 
y el color de las risas eran mucho mejores 
y mas narcotizantes que las miradas 
sin sentido y el olor a primavera bizarra 
de las iglesias, 
quizás por eso hoy en día 
mis caminatas se remiten a ir a recitales 
y beber en el mas inmundo de los bares, 
alejado de cualquier estetica o mirada religiosa, 
aunque el mundo del Heavy Metal 
también resulta irónicamente, 
intolerantemente religioso. 
No me gustan las remeras negras 
porque mas oscura es mi alma y 
mi quemada piel, y formar parte 
de algo sectario que se burla de las flores
por pensar que el hippismo es algo 
malo para el ego del que escucha Heavy Metal
me parece tan irracional y estúpido 
como un pastor que dice *Fuera Satanás* 
al ver un póster de Ozzy o AC-DC 
en la habitación de un joven, que quiéranlo o no 
es solo un joven que e-s-c-u-c-h-a m-ú-s-i-c-a.
La infinita sabiduría de ser y no estar
es un logro tan maravilloso que permite
disfrutar en la Muerte la Vida 
y solo de esa manera puedo definir mis oídos 
y el aleteo de mi cuerpo
convenciéndome así, que solo puedo ser feliz 
si sigo adornando los cuernos negros
con el aura de las flores de la noche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario